Esta historia se publica conjuntamente como parte de Utah College Media Collaborative, un proyecto histórico e interuniversitario que reúne a periodistas emergentes de Salt Lake Community College, University of Utah, Utah State University y Weber State University. La colaboración es un proyecto de Amplify Utah con el apoyo de PBS Utah.
Este artículo fue traducido por Marianna Lopez.
Michigan State University fue noticia nacional en febrero de 2023, cuando un hombre armado mató a tres estudiantes e hirió a otros cinco. Después, en diciembre, otro hombre armado mató a tres profesores de la University of Nevada, Las Vegas.
Estos dos casos resultaron en la primera vez que hubo más de un tiroteo masivo – en el que murieron al menos tres personas – en un campus universitario estadounidense en un solo año, según datos de grupos independientes. Ellos representaron dos de los últimos nueve tiroteos en universidades desde 2007.
Debido a que ninguna base de datos pública del gobierno hace un seguimiento de los tiroteos en universidades, y debido a que la mayoría de las bases de datos definen los tiroteos masivos como aquellos en los que mueren al menos cuatro personas (lo que excluye casos como el de Morgan State University en octubre de 2023, en el que hubo cinco heridos), el número real de tiroteos masivos en universidades es inexacto. No obstante, estos incidentes se producen en medio de un aumento dramático en el número de tiroteos masivos durante la última década.
Evitar, negar y defender
Tras los tiroteos del año pasado, los equipos de seguridad de las principales instituciones de educación superior de Utah han redoblado sus protocolos contra tiradores activos con la esperanza de prevenir un tiroteo doméstico.
Salt Lake Community College, la universidad de dos años más grande del estado, propone tres palabras a sus empleados y estudiantes en caso de intruso violento: huir, esconderse o pelear. Estas son las mismas palabras que la UNLV publicó en su cuenta X cuando confirmó un tirador activo en diciembre.
El consejo pide que uno salga del área si es posible y, si no, que se esconda y que pelee como último recurso. University of Utah y Utah State University también aconsejan a sus comunidades que sigan este protocolo en caso de un intruso violento. Weber State University utiliza un lenguaje diferente, aunque similar: evitar, negar y defender. Cada escuela ha producido un vídeo que demuestra estos protocolos.
Shane Crabtree, vicepresidente asociado de seguridad pública de SLCC, dijo que su oficina realiza una simulación de tirador dos veces al año junto con los bomberos y las agencias de policía.
“Aprovechamos las vacaciones de primavera e invierno cuando no hay clases y no hay nadie”, dijo Crabtree. “Recorremos diferentes escenarios para entrenarnos contra un intruso violento. También traemos un equipo SWAT para que nos evalúe [anualmente]”.
Asimismo, el capitán de la policía de WSU, Mike Davies, dijo que los agentes de seguridad del campus se entrenan más de una vez al año en su respuesta a los tiradores activos, trabajando en equipo con las agencias de policía y bomberos circundantes, así como con hospitales locales para realizar ejercicios de prueba.
“Todos entrenamos juntos porque todos responderíamos juntos”, dijo Davies. “Estos esfuerzos aumentan todas nuestras capacidades para hacerlo”.
Hacer un plan
WSU ofrece y anima a sus empleados y estudiantes a tomar un programa de capacitación de cuatro horas llamado CRASE, o Respuesta Civil a Eventos de Tiradores Activos. El programa, que forma parte del modelo Advanced Law Enforcement Rapid Response Training, proporciona estrategias, orientación y un “plan comprobado para sobrevivir a un evento de tirador activo”, según el Centro ALERRT, con sede en Texas.
Según la información de seguridad publicada en los sitios web de SLCC, Weber, USU y la U, cada escuela emplea sistemas de alerta de emergencia que notifican a los empleados y estudiantes en el caso de un tirador activo u otros escenarios potencialmente peligrosos. Los sistemas de alerta contactan a los usuarios a través de mensajes de texto y correo electrónico y, a excepción de SLCC, también ofrecen una aplicación móvil complementaria.
Como se indica en sus sitios web de política de vivienda, WSU y la U permiten a los estudiantes que viven en el campus solicitar un compañero de habitación que no tenga un arma de fuego oculta. Además, estas dos escuelas, así como SLCC y USU, declararon en sus sitios web que han designado salas de audiencia que prohíben la posesión de armas de fuego.
Esto permite crear una zona segura donde se puedan escuchar las disputas sin temor a una escalada violenta.
“Hay cajas fuertes y/o cajas de seguridad fuera de cada uno de estos lugares donde las personas deben asegurar sus armas de fuego”, dijo Amanda DeRito, vicepresidenta asociada de comunicaciones estratégicas de la USU, al describir el proceso de la escuela. “Además, la USU celebra muchas audiencias de quejas a través de Zoom u otros métodos de videoconferencia como medida de seguridad adicional”.
Armas ocultas en el campus
Además del peligro inmediato cuando hay tirador en el campus, las autoridades escolares también deben lidiar con un posible aumento de personas respetuosas de la ley que portan armas de fuego ocultas.
El 15 de febrero de 2021, el gobernador Spencer Cox firmó una nueva ley que eliminó el requisito estatal de obtener un permiso para llevar un arma de fuego oculta para los residentes de Utah mayores de 21 años. Existe un permiso provisional de armas de fuego para los jóvenes de 18 a 20 años.
Según el Departamento de Seguridad Pública de Utah, una solicitud de permiso para portar armas de fuego ocultas puede ser denegada por motivos tales como una condena por un delito grave, una condena por un delito de violencia o un delito de violencia doméstica.
Aunque en Utah se ha eliminado el requisito de tener un permiso para portar armas ocultas, las instituciones públicas de educación superior todavía exigen un permiso para portar armas ocultas y exigen permisos provisionales para los jóvenes de 18 a 20 años en el campus.
“No puedes portar un arma en el campus, a menos que esté autorizado por la legislatura”, dijo Crabtree. “Y yo les doy el Código de Utah [76-10-505.5]”.
Sin embargo, no existe ninguna ley estatal que obligue al titular de un permiso oculto a dar a conocer que tiene un permiso.
En los sitios web de la U, SLCC, USU y Weber no mencionan el requisito de que los titulares de permisos ocultos se identifiquen, pero sí se les exige que cumplan todas las leyes estatales y federales sobre políticas de armas.
Crabtree dijo que abordan la política de requisito de permiso de armas ocultas si se enteran de que alguien no tiene un permiso.
Scott Carver, subdirector de seguridad de los servicios policiales del Departamento de Seguridad de la U, explicó que la proximidad de Salt Lake City a las vías suele traer consigo diversos problemas.
“Somos parte de Salt Lake City y, para lo bueno y para lo malo, las vías son una línea de alimentación para los problemas que surgen aquí”, dijo Carver. “Llevamos armas de fuego como medida preventiva”.
Carver dijo que la mentalidad del departamento es mantenerse optimista cuando se preparan para posibles amenazas.
“Sabes, esperamos lo mejor y nos entrenamos para lo peor”, dijo Carver. “Y al igual que cualquier otra entidad, la universidad ha tenido importantes problemas de violencia en el campus. Por lo tanto, es una realidad desafortunada para la comunidad que las armas sean necesarias para responder a los crímenes.”
Teresa Chaikowsky informó y escribió esta historia como estudiante de periodismo en Salt Lake Community College.